«ME ESCUCO A MI MISM@»

TALLERES DE EDUCACIÓN EMOCIONAL

Empezamos el mes con la sesión “Me escucho a mí mismo” en la que hemos profundizado en la importancia de atender a nuestros pensamientos para comprender por qué sentimos lo que sentimos. Como hemos dicho en varias ocasiones, las emociones no dependen de las situaciones sino del significado que tenga para cada uno dicha situación. Si comprendemos esto, favorecemos el desarrollo de la empatía, el autoconocimiento, la regulación de la expresión de la emoción siendo más acorde a aquello que la haya motivado, la posibilidad de plantear pensamientos alternativos que nos produzcan mayor bienestar, etc.

Esta tarea de atención a nuestros pensamientos requiere de conciencia sobre nuestro mundo interior, una habilidad que podemos adquirir y desarrollar con la práctica.

Para trabajar con los pequeños en la sesión hemos realizado varias dinámicas y juegos de roles en las que han podido comprobar como cada uno sentía una emoción diferente ante una misma situación como por ejemplo un cambio de planes, encontrarse un perro por la calle, que la abuelita esté enferma o tener un examen al día siguiente.

Empleando fotos de personas cada niño ha elaborado una historia en la que el personaje tenía que sentir la emoción que le hubiese tocado aleatoriamente. Posteriormente hemos elegido dos historias de las que se han planteado y cada niño ha ido diciendo pensamientos que el protagonista podría pensar para sentir la emoción que a él o ella le había tocado. De esta forma han ido jugando planteando diversos pensamientos y viendo como éstos influyen en lo que sentimos.

Haciendo un juego de roles por parejas han representado situaciones planteadas por la psicóloga y entre todos hemos identificado qué estaba ocurriendo, qué emociones aparecían y las que sentía cada uno de los personajes que intervenían en las historias. Con este ejercicio hemos podido trabajar la empatía y sus beneficios en la resolución de conflictos, siendo conscientes de cada uno tiene sus experiencias, sus ideas, y por tanto diferentes pensamientos y emociones.

Hemos aprendido que no podemos cambiar lo que nos pasa pero sí lo que pensamos sobre aquello que nos pasa.  En este punto es importante recalcar que no se trata de reprimir o evitar emociones negativas, sino que tras validar y acoger lo que siento, podemos gestionarlo atendiendo a nuestro pensamiento.

Como manualidad hemos hecho unos Banderines de las Emociones que cada niño ha decorado libremente.

Hasta la próxima sesión!

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